Aprendiendo a Amar

Hace 3 años aproximadamente llegó a mi vida un libro que recomiendo sin lugar a dudas, «Aprendiendo a Amar» de Covadonga Pérez Lozana. Para esa época, yo estaba pasando por una ruptura amorosa y había visto muchas conferencias de Cova a través de sus diferentes canales digitales, pero si bien yo entendía muchas de las razones por las cuales esa ruptura se había producido, yo por voluntad propia había decidido por primera vez en mi vida, ponerme en primer lugar y tomarme un tiempo para mi, no quería buscar a nadie, genuinamente sentía que debía estar conmigo misma y aprender a ser feliz sin necesitar a nadie. Leyendo este maravilloso libro, comprendí que tenía una dependencia emocional y que realmente no sabía amar y que para encontrar a esa persona con la que quiero compartir el resto de mi vida, era necesario trabajar en mi primero.

De esa lectura, me quedaron principalmente dos enseñanzas, la primera, que el amor no se parece en nada al apego, que el último obedece al miedo y que éste es lo opuesto al amor. La segunda, que esa dependencia que tenía, procedía de mucho tiempo atrás en mi vida, todos los hijos de padres divorciados, como yo, le tememos al abandono, así que de una u otra forma en nuestra vida adulta, en nuestras relaciones amorosas de manera inconsciente nos saboteamos y dejamos de ponernos en primer lugar para que ese otro «se quede a nuestro lado», algo que por supuesto no es nada sano y que produce exactamente lo contrario. Aprender eso hace unos años atrás me hizo reflexionar, y comprender que el origen de todo fue un paso para comenzar a sanar y a transmutarlo. Hoy, me siento muy bien conmigo misma, no necesito a nadie, me siento cómoda compartiendo momentos en soledad, y entiendo que el amor está presente de muchas maneras en los amigos y en la familia, por ejemplo, no necesariamente en una pareja.

Aprender a amar es fundamental, entender que esa otra persona no es responsable de nuestra felicidad sino que depende única y exclusivamente de nosotros mismos, es necesario comprender la diferencia entre necesitar y compartir, yo quiero compartir mi vida al lado de alguien que no va a ser perfecto pero con quien podríamos construir, vivir, compartir momentos, comunicarnos, resolver nuestros problemas juntos, sentir ese apoyo que a veces todos requerimos para que la vida sea un poco más amable, pero teniendo claro que no somos prioridad de nadie, que todos tenemos derecho a nuestros espacios de esparcimiento, de ocio, que la confianza es fundamental y que no es para nada sano que la inseguridad nos lleve a querer tener al otro a nuestro lado en todo momento.

Es fundamental que cada uno se desarrolle personal y profesionalmente, que haya espacios para todo y que exista esa convicción de que pase lo que pase, todo va a estar bien, que haya tranquilidad, que se lleguen a acuerdos que beneficien a ambas partes, pero sobretodo que exista esa certeza de contar con esa persona en todas las circunstancias, porque es muy fácil estar en los momentos de luz, pero pocos permanecen en los momentos de sombra, esos que todos tenemos porque somos seres duales por naturaleza. Ahora bien, todo debe fluir naturalmente, forzar las cosas no sirve de nada, hay que dejar que el universo haga lo suyo, esa persona llega en el momento perfecto, y sino llega, es porque todavía debemos aprender a estar en soledad y a reconocer nuestras partes no sanadas para que solo así y solo a tiempo divino, aparezca ese alguien que es para nosotros. También está la posibilidad de permanecer en soledad, no todas las personas nacieron para estar en pareja y eso no está mal solo porque los estándares de la sociedad digan otra cosa.

La idea preconcebida de que nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, es en mi opinión una forma bastante limitada de vivir, todos somos diferentes, algunos se casan jóvenes y tienen hijos, otros se hacen adultos y se casan pero no quieren tener hijos, otros tienen hijos sin necesidad de casarse, otros nunca se casan y jamás tienen hijos, no hay una regla que dicte como debemos vivir, cada persona tiene libre albedrío para hacer lo que mejor le parezca con su vida. Amar es una tarea realmente compleja y a la vez simple, a veces implica dejar ir para que esa otra persona sea feliz, soportar pero no aguantar porque primero estamos nosotros mismos, amar es entender que cada uno tiene espacios, amar es no querer cambiar al otro para sentirte bien tú, amar es estar en los momentos buenos y los que no lo son tanto, amar es ser incondicional pero con límites, amar es perdonar errores y seguir avanzando, amar es compartir, amar es una tarea que nunca termina por aprenderse, yo aún sigo aprendiendo y creo que de alguna manera es así para todos.

Al final del día, todos estamos aprendiendo a amar!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.