Basilique du Sacré-Coeur de Montmartre

Cuando vayas a París, te recomiendo altamente visitar la Basílica del Sagrado Corazón de Montmartre en francés, Basilique du Sacré-Coeur. Este es un importante templo religioso situado en la capital francesa localizado en lo alto de una colina en el barrio de Montmartre. Sea que seas religioso (a) o no, la invitación es a que conozcas su historia, su arquitectura, y sobretodo a que recorras el hermoso camino para llegar a ella. Hay varias formas de llegar, lo puedes hacer en metro hasta la estación Pigalle y ahí tomar un medio de transporte llamado Montmartrobus [un autobús eléctrico conectado al sistema del metro de París] o tomar el Funicular de Montmartre al cual accedes tomando el metro. Mi experiencia fue hacerlo a pie, tuve la suerte de conocer a un amigo que es de París y vive allí, el cual muy amablemente me ofreció alojamiento en su casa y curiosamente su apto estaba situado en Pigalle [un barrio] que queda bastante cerca de la Basílica.

Te confieso que cuando fuí a la ciudad parisina, no tenía idea de que existía Sacré-Coeur y no estaba entre mis planes conocerla, sin embargo el universo es maravilloso y me tenía reservado hacerlo. El día antes de abandonar la ciudad, el amigo con el que me hospedé, siendo local, me preguntó: ¿a que hora te vas mañana? A lo que yo le contesté que me iba hacia el mediodía, entonces éste me dijo, pues madruga porque no te puedes ir sin tomarte un buen desayuno conmigo en Montmartre y ver la mejor vista de la ciudad. Ok, yo sin saber a dónde nos dirigíamos, me fuí a dormir, y al día siguiente ambos nos despertamos temprano, y salimos en su scooter hacia el lugar.

Source: discoverwalks

Recuerdo que nos sentamos en un lindo restaurante, y desayunamos pan francés con mantequilla y mermelada, un buen chocolate y hablamos tranquilamente durante un rato. Luego comenzamos a caminar por la colina Butte y en el camino me di cuenta que estaba en un lugar con mucho arte, y claro es que Montmartre por algo es llamado el «barrio de los pintores», cuando vas haciendo tu ascenso puedes ver a muchos artistas y hasta te puedes sentar con uno de ellos y dejarte pintar para llevartelo como recuerdo, alrededor tambien encuentras varios restaurantes para todos los gustos, ambiente bohemio, mucho colorido y por supuesto muchos turistas y parisinos que visitan el lugar. La subida exige cierto esfuerzo si lo haces caminando pero vale la pena ya que puedes divisar un camino precioso mientras lo haces, si no vas con afán, te lo recomiendo rotundamente. Como dato curioso te cuento que cerca de este lugar está el Moulin Rouge, el famoso cabaret parisino, de hecho hubo un tiempo en el que la zona careció de prestigio debido a los similares instalados a su alrededor pero luego varios artistas se establecieron allí por considerarlo un barrio encantador, y se convirtió en lo que conocemos en la actualidad.

Despues de subir alrededor de unos 200 escalones, llegué al lugar, pero mereció la pena, al entrar pude observar su infinita perfección, sin lugar a dudas una creación muy bien cuidada realizada con los más finos materiales y el más exquisito diseño. Algunas personas oraban como es lógico, yo por mi parte, me dediqué a observar sus majestuosos detalles y, lo mejor de todo, a regocijarme con la magnífica vista que se observa de París desde sus escaleras. Debo decir que para mí fué la mejor panorámica que contemplé de la ciudad luz. Recuerdo que había miles de personas, el clima estuvo a nuestro favor pues a pesar de ser septiembre [cuando por lo general comienza mi temporada favorita del año, el otoño], y considerando que los días que estuve hizo bastante frío, esa mañana fué perfecta, el día estuvo tranquilo, con un clima agradable y la verdad es un lugar que jamás olvidaré, lo que sentí al estar ahí fue realmente emocionante.

Podría contarte un poco más de la historia de esta obra sagrada, sin embargo, lo que quiero que te lleves hoy con mi escrito, es la idea del espléndido panorama que puedes divisar desde allí y de verdad te digo, es un espacio al que tienes que darte el permiso de visitar, para deleitarte con su imponencia, para ser testigo de su magnificencia, y para igual que yo agradecer al cosmos por haberte permitido el privilegio de llegar hasta ahí y con tus ojos, contemplar tanta divinidad, sentir paz y poder al mismo tiempo, apreciar ese instante y experimentar con lucidez que no hay sueño imposible de alcanzar y que todo lo que un día visualizas se materializa si así lo crees.

Así que si estas pensando en ir a París, si este destino está en tu «bucket list« [lista de deseos], y como yo, aún no has incluído a esta maravilla, coge lápiz y papel y hazlo ya!

La Basílica de Sacré-Coeur es un lugar imperdible en tu paso por París!

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