El mundo está lleno de personas que viven en automático, y la verdad a todos nos ha pasado, muchas veces hemos ido por la calle absortos en la cotidianidad, en nuestros pensamientos o peor aún en nuestros problemas. Sin darnos cuenta, dejamos pasar momentos, personas, paisajes, y muchas sonrisas que están ahí, enfrente nuestro. Y así como ignoramos la belleza de nuestro alrededor, también lo hacemos con aquellos que necesitan de una palabra de aliento, de un apoyo sincero, de una mirada, de un gesto amable, en vez de eso, preferimos hacer caso omiso a todo lo que pasa a nuestro alrededor.