Una vida rodeada de caos significa estar en constante crecimiento, más allá de los obstáculos que se van presentando, si logras captar el aprendizaje encubierto, ahí está la magia. Todos nos hemos enamorado y en el camino nos hemos convertido en una mejor versión de nosotros mismos, ahora somos más fuertes y controlamos más nuestras emociones, hemos madurado y comprendido que todo procede del interior, hemos aprendido a amarnos profundamente, ahora somos conscientes de que lo que el otro ve en ti, está en el/ella, no se puede ver lo que no se es. En el camino, vamos teniendo discernimiento de que el valor que nos damos a nosotros mismos, es eterno, así mismo, aprendemos a seleccionar y a decidir con quién invertir nuestro tiempo y con quién no.
La vida nos va colocando en el camino a grandes maestros que desafían nuestros límites y nos retan a confrontarnos con nosotros mismos, estos individuos llegan para ser nuestros «amigos«, «parejas«, «jefes» o quizá «guías espirituales» que con su paso dejan una huella que nos cambia la existencia. Una vez escuché a un niño quejarse porque le dolían sus extremidades, su padre le dijo: «estás creciendo y crecer duele», hoy te digo lo mismo en un sentido más espiritual, encontrar tu camino duele, encontrar tu misión de vida requiere de valor, aprender a reconocer a esa persona valiosa requiere de un trabajo interior para que las almas se conecten en el momento perfecto. Todos hemos soñado con el empleo o emprendimiento perfecto, con una casa o apartamento, con un carro, con un millón de cosas materiales, para luego darnos cuenta de que nada de eso llena el vacío que tenemos dentro de nosotros mismos.
La vida es una ruleta rusa con altos y bajos que te lleva al límite todo el tiempo, es nuestra responsabilidad, tomar consciencia de lo que nos están mostrando esas dificultades para aprender de ellas y transmutarlas. Necesitamos sentir angustia para saber qué tan fuertes podemos llegar a ser, fracasos para buscar sin descanso el éxito, desamores para amarnos con todas las fuerzas de nuestro ser, desilusiones para valorar lo simple.
El caos te hace replantearte todo, te incita a la creatividad, no te deja más opción que levantarte una y otra vez. Una vida con sentido, requiere de esos tintes grisáceos para saborear los azules, de esas fuertes palabras que no querías escuchar, pero que gritaban verdad y que te convirtieron en quien eres hoy, de esa fuerza que te impulsa a comerte el mundo con más ganas por el solo hecho de estar vivo/a.
El caos es mágico, te lleva a desafiar las barreras de lo imposible, a conocerte realmente, y desde ese silencio a entender eso que llevabas tiempo descifrando, te impulsa a moverte para generar cambios, te reta a expandir tu mente, te invita a abrir esa ventana para que entre luz y luego a compartirla con los que tienen sed.
Somos seres imperfectos, sin embargo, estamos aquí y ahora, somos afortunados únicamente por el hecho de existir, busca el caos, persigue la magia, intenta eso que llevas tiempo pensando, dile a el/ella que le amas y desapégate del resultado, deja tu ego a un lado y llama a quien extrañas, lo que él o ella hagan es asunto suyo, no cargues con culpas ajenas, sigue siendo amable, generoso, de buen corazón, deja de esperar el momento perfecto para escribir ese libro, muévete, viaja a ese lugar, múdate, deja a tu pareja si no le amas, renuncia a ese empleo si te hace infeliz, vuelve a comenzar, sumérgete en la turbulencia, solamente así desde ese espacio de oscuridad, verás la luz.
¡Tú decides! La Magia del Caos te lleva al otro lado.
