«La nueva normalidad»

A algunos de ustedes puede estarles pasando lo mismo que a mi, llevo días preguntándome qué va a pasar después de toda esta pandemia, incluso a veces me pregunto si esto es una pesadilla o si realmente está ocurriendo. Llevo mucho tiempo alejada de los medios de comunicación porque si bien son un mal necesario, considero que la información que nos ofrecen parece cada vez más ajustada a sus propios intereses que a la realidad. 

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Aparentemente, desde el año pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) tenía conocimiento de la crisis sanitaria en la que estamos hoy sumidos a nivel mundial, sin embargo, al parecer solo la declararon oficialmente meses después ¿por qué? no lo sabemos. Hace apenas unos meses, habían marchas en casi todos los países de Latinoamérica, al igual que en países del Medio Oriente y otros a nivel mundial, a través de las cuales millones de personas salieron a protestar por algo evidente, un sistema social, educativo, político y económico que nos sume cada vez más en una espiral de miseria, que centraliza el poder en unos pocos y de la que además, al parecer pocos podremos escapar a menos que abramos los ojos y enfrentemos lo que realmente sucede, ¿nuestra mayor arma?, la información, pero, ¿hay alguna confiable?, y si es así, ¿dónde la conseguimos?, curiosamente estamos en la era de la información y por ende hoy en día tenemos a nuestro alcance innumerables fuentes, pero no sabemos a ciencia cierta a cual creerle. 

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A partir de enero de 2020, convenientemente el mundo entero se tuvo que confinar debido al COVID-19, y las protestas de repente se detuvieron, ¿casualidad?. Hasta hace poco en ciudades como Londres y en algunas de Estados Unidos, muchas personas han salido nuevamente a alzar sus voces a raíz de los últimos hechos sucedidos con George Floyd en un intento desesperado por reivindicar el derecho a la vida que tenemos todos indistintamente de nuestra raza o de cualquier otra diferencia, haciendo viral la campaña BLACK LIVES MATTER en todas las redes sociales.

Hace unos días me vi un documental en Netflix que por estos días ha dado bastante de que hablar, ese en el que hablan de un hombre llamado Jeffrey Epstein, confieso que lo devoré de principio a fin y cada vez que avanzaba en el camino «hacia la verdad» más preguntas asaltaban mi mente, preguntas que aún siguen sin respuesta porque este hombre poderoso que fuera acusado de delitos tan graves como la pedofilia y de mantener una red de prostitución de menores, siguió libre durante años y cuando finalmente estaba a punto de hacerse justicia para las docenas de víctimas que pasaron por la «Isla de la Orgía«, de repente resultó muerto en su celda en Manhattan un día antes del juicio, ¿coincidencia? no lo sabemos. Lo cierto es que a partir de esto, vengo reflexionando y la verdad es que desde finales del año 2019, vienen ocurriendo muchos hechos a nivel mundial que dejan bastante que desear, o peor aún, vienen pasando hace muchas décadas pero nosotros hemos estado «ciegos» y quizá hemos preferido ignorarlo porque tantas cosas catastróficas que se van descubriendo día a día, realmente suponen un mundo bastante repugnante.

Hace unos días no pude dormir muy bien pues por cosas del azar vi un video titulado «For a Better Day«, del DJ sueco AVICCI, quien muriera hace poco a sus escasos 28 años de edad y del cual ahora su suicidio esté en tela de juicio, luego vi el último video de Justin Bieber, titulado «Yummy«, del cual se ha especulado bastante en torno a todo el escándalo de una supuesta red de pedofilia en Hollywood, el cual aún está sin resolver. Debo confesar que al ver ambos videos sentí una sensación muy fea, fue difícil verlos de principio a fin y no sentirme asqueada, las preguntas que surgieron después en mi mente fueron: ¿qué está pasando en el mundo? ¿será todo esto un aviso por parte de ambos artistas que el mundo se niega a ver? nada está confirmado pero lo que sí sé es que el mundo cada vez se parece menos a lo que alguna vez soñé que sería. 

Desde que llegó el COVID-19, la vida no ha vuelto a ser la misma, y dudo que vuelva a serlo, aún así muchas de las cosas de las que hoy somos más conscientes, vienen pasando desde hace mucho tiempo, países en guerra, millones de personas insatisfechas que salen a la calle con la esperanza de que alguien escuche sus voces de protesta, violencia por doquier, poca tolerancia entre los seres humanos, con los animales y con la naturaleza ¿qué está ocurriendo? ¿por qué la paz parece cada vez más lejana? ¿por qué siento que siempre estamos a expensas de los mismos que gobiernan nuestros países y mueven los hilos de tal manera que somos esclavos de un sistema que nos somete al punto de que muchos han dejado de respirar? ¿y la justicia?¿dónde está? ¿hasta cuándo?

La pregunta que me hago es, ¿hay una salida? la respuesta para mí es un SI rotundo, está en nuestras manos despertar, abrir los ojos y reconocer que los buenos somos más, que el futuro del mundo y el bienestar de las nuevas generaciones depende de nosotros, que somos nosotros los responsables de lo que pase o deje de pasar, que por algo estamos viviendo en esta época de la humanidad, que el miedo no es la respuesta sino la acción, y que mientras unos ven lo oscuro, tú y yo podemos elegir ver la luz y caminar hacia ella.

Es nuestra responsabilidad informarnos y prepararnos para enfrentarnos a lo que no está bien con criterio suficiente. Confío plenamente en que hay un orden superior mayor a todos nosotros, estoy hablando de Dios, esa fuerza suprema que pondrá fin a todo lo que estamos viviendo en el momento preciso para nuestra evolución, mientras tanto permanecer unidos, ser solidarios con el otro, tener empatía por lo que sufren los demás y servir, son la clave para poner nuestro grano de arena para un mundo mejor para todos, de nosotros depende, ya es imposible evitarlo, estamos frente a algo imparable, la pregunta que queda es: ¿cómo vamos a afrontarlo?

Bienvenido (a) a la nueva normalidad!

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